Friday, August 06, 2010

MIS ESTUDIOS MADRILEÑOS

Datos sobre una familia de Tres Cantos y de su ermita
Asturquin
Este trabajo vino motivado por el deseo de recuperar el frontis de una antigua ermita en el nuevo Municipio de Tres Cantos, propuesta que presenté en 2009 al Sr. Alcalde de esta localidad de la que soy vecino, por ser uno de los escasos vestigios arquitectónicos del siglo XIX que aún podemos recuperar para las futuras generaciones. Se trata de los restos de un frontis de la ermita capilla de la finca que fue de una familia, en terrenos que pasarían a formar parte de Tres Cantos, situados en la Vega del Registrador.
Cuando se toma la carretera del castillo de Viñuelas, por la primera desviación hacia el Municipio de Tres Cantos sentido Madrid Colmenar Viejo, después de dejar a la derecha la entrada a la finca del citado castillo, pasamos el puente de piedra y magnífica factura, sobre el arroyo Bodonal que tantas veces cruzaron allá por el Siglo XIX los antiguos propietarios de la Finca de la Vega del Registrador, como actualmente se conoce este lugar y que ellos llamaban la Vega de la Moraleja, para inmediatamente desviarnos a la izquierda tomando francamente la dirección de dicha finca, a tan solo dos o tres centenares de metros.

Hace ya más de un cuarto de siglo, cuando aún Tres Cantos no se conocía como Municipio independiente sino formando parte del termino de Colmenar Viejo, llegamos los primeros ciudadanos, fue entonces cuando en mis horas de ocio recorría sus campos tratando de encontrar vestigios de un pasado que sirviese para configurar lo que podría llamarse su historia anterior.
Fue así como camino del castillo de Viñuelas, paseando por la finca de la Vega del Registrador, di con aquellas antiguas edificaciones y con los restos de lo que fuera en su tiempo una ermita o una capilla. Allí estaban los sillares de granito perfectamente labrados por los canteros colmenareños, dispersos sobre el suelo por haber sido abatido por las inclemencias del tiempo. Decidido a que no se perdieran por efecto de la depredación, desde ese mismo momento, traté de avisar a las autoridades municipales para que este frontispicio no se perdiera en la noche de los tiempos y ocupara un lugar entre nosotros.
Sin embargo fue el antiguo jefe de estación de Renfe y fundador del Grupo Literario Encuentros, Bartolomé Pinar quien se interesó por el tema, haciendo una de las primeras visitas a sus ruinas. Desgraciadamente un fatal accidente durante el cometido de su servicio, dio al traste con el original apoyo con el que contaba para sacar del olvido estas piedras que con tanto esmero realizaron, a finales del Siglo XIX, aquellos canteros y que durante la guerra habían dado cobijo a más de un combatiente y posteriormente para otros usos distintos al culto.

De resultas quedó muy deteriorada en su interior, así estaba cuando la adquirieron después los nuevos dueños que la utilizaron como granero, según recuerda una de sus descendientes que así la vio cuando tan solo era una niña, ella recuerda que las jambas de la puerta de entrada eran dos enormes sillares que sostenían las cargas del dintel, única pieza de la entrada que se conserva, jambas piezas desaparecidas.
Ahora, años después, algunos vestigios en piedra que se encontraban aqui y allá entonces habían desaparecido por efecto de la depredación, v. g.: cruces de piedra que se levantaron en algunos lugares en recuerdo del lugar, donde alguno de los lugareños fue alcanzado por un rayo o brocales de alguno de los pozos, por lo tanto temía que aquellos sillares de la ermita hubieran sufrido igual tratamiento, sin embargo no fue así, algunos fueron respetadas por lo que de nuevo insistí en el tema.
Mi carta al Sr. Alcalde acompañada de un pequeño dossier fotográfico surtió efecto, interesándose la primera autoridad municipal por el tema y es en este año de 2009 cuando las autoridades municipales de Tres Cantos inician el proyecto. Procedí, a petición de esta citada Corporación Municipal, a catalogar de nuevo los sillares con la finalidad de rescatarlas definitivamente, esperando que haciendo honor a su palabra, veamos estas nobles piedras en alguno de los lugares públicos y quede definitivamente entre nosostros.
El verdadero interés de su recuperación estriba en que ha sido la única ermita que se levantó en el término del nuevo Municipio. Una ermita - capilla que estuvo en la finca de la Vega del Registrador, propiedad que fuera ultimamente de una familia de Colmenar, “los Cornelio” y que luego pasó a manos, según transmisión oral, de una empresa denominada Santa Mónica. Solamente se conservan de ella parte de los magníficos sillares de granito que componían su austera fachada con lienzos de ladrillo de tejar. Su puerta lo más probable de madera de doble hoja, con un ancho aproximadamente de un metro y veinte centímetros, a juzgar por la distancia existente entre los huecos en el sillar que daba acceso al edificio y que correspondían a los apoyos donde se incrustaban los dos dinteles de madera del marco de aquella. Un sillar de granito de 2,15 m de largo de forma prismática perfectamente labrada y 0.42 de ancho, medida esta que corresponde a la achura del muro frontero de la ermita. Una ventana en la parte derecha y un pequeño campanario sobre la cornisa adintelada completaban su configuración. Las puertas se abrían hacia el interior y tenían un espesor de 6 cms.

De planta rectangular se encontraba adosada al resto de edificaciones de la finca y orientada a occidente, con una cubierta de teja árabe, a dos aguas. Durante la somera excavación en estos últimos sillares, he podido comprobar que el suelo del lugar sagrado era de cemento, con dibujo de líneas grabadas en él formando cuadrados con sus diagonales.
Posteriormente he comprobado que este es un trozo de suelo antiguo ya que después se arregló seguramente a causa del deterioro sufrido durante la guerra, utilizada como almacén o refugio circunstancial, con una lechada de cemento que aparece completamente liso a todo lo largo y ancho de la planta a tenor de las catas aleatorias efectuadas, por lo tanto aquella porción dibujada, quiero suponer que fue dejada como testigo, a propósito.
Delante y a todo lo ancho de la fachada principal de la ermita, el suelo de acceso a la misma se realizó con cantos rodados. Unos pequeños trozos de alambres, entrecruzados sujetos a pedazos de cemento indican que, probablemente, en su ultima etapa de utilización, desaparecidos los cristales, la ventana estaba protegida por una alambrada. Los escombros que se acumulan tanto en el interior como en le exterior del edificio contienen innumerables trozos de ladrillos de tejar, que podrían llegado el caso volver a ser utilizados en el levantamiento del frontispicio.
La aparición de clavos de cierta antigüedad parece señalar que las piezas de madera que formaban parte de puerta y ventana nos remontan al Siglo XIX, así como el material de albañilería tal como el recubrimiento de las paredes interiores o los citados ladrillos con muchas posibilidades venidos de la antigua tejara de Colmenar Viejo.
Son ladrillos ensamblados con argamasa que se emplearon hasta las postrimerías del Siglo XIX. Se trata de un ladrillo irregular en su formato y también en su color hechos a mano por lo que son toscos y de caras muy rugosas y no muy planas, por lo que el plano de la fábrica del muro presenta también un carácter irregular. En su ejecución, en este caso a tizón, es decir con la cara más estrecha al exterior, se cuida la trabazón por lo que las juntas verticales no coinciden en las hiladas consecutivas.
Las dos esquinas del frontispicio se refuerzan con dos cadenas de estructura vertical, de sillares de granito de las canteras de Colmenar a soga y tizón, con el objeto de reforzar los muros. Una de las jambas de la ventana es de este mismo material así como los dinteles tanto de ésta como el de la puerta de entrada.

La parte superior o cornisa, está compuesta por cinco sillares con caveto, una moldura ornamental cóncava con perfil de 1/4 de círculo. Encima de ella destacaba el campanile que albergaba una pequeña campana hoy desaparecida, posiblemente falte una pieza de piedra en forma triangular que remataba el mismo, pues debió tener una apariencia muy similar al campanile de la ermita de Santa Ana de Colmenar Viejo
En los lienzos o muros laterales de sillarejo se aprecia dos etapas en su levantamiento, siendo de mejor factura la parte inferior.
A la inspección de los restos de pared que se han conservado enterrado entre los escombros se puede observar que desde sus orígenes, al menos se ha enlucido la pared interior en dos ocasiones y que en el primero se había pintado un zócalo oscuro de 14/15 cms.
También se observa por las marcas que se aprecian, en uno de los muros interiores que correspondían a cinco o seis vigas de madera, de 10 centímetros de ancho cada una y separadas un metro setenta y cinco centímetros, posiblemente recubiertas de cierto enfoscado. A medida que se sigue descombrando van apareciendo clavos corroídos de hierro de sección cuadrangular, forjados a mano correspondiente al Siglo XIX y tacos de madera utilizados en el ensamblaje de las vigas del maderamen del tejado.
De la investigación sobre planos antiguos realizado en la Cartoteca del Servicio Geográfico del Ejército se deduce que en 1875, en la Hoja 534 de Colmenar Viejo E:1/50.000 existía en el lugar, una construcción que se señala. Posiblemente a esta primera fase constructiva corresponda una de las partes inferiores del muro sur y que correspondía a esta caseta antigua. Posteriormente en un plano de 1929 sigue señalándose este mismo punto. No será hasta 1949 y 1951 E: 1/25000 correspondiente a Viñuelas Hoja 534/1, cuando ya se especifica el lugar como Casas de la Moraleja. Teniendo en cuenta que según testigos presenciales ya existía la ermita en 1936, parece seguir siendo aceptable las fechas de su construcción, bien a últimos del Siglo XIX .
Desgraciadamente los documentos notariales más allá de 1940 desaparecieron del Archivo de Colmenar Viejo quemados como consecuencia de la guerra de 1936, así me lo confirmaron en el Archivo Histórico de Protocolos de Madrid, aunque el archivero de la parroquia de la Basílica, Sr. Jaime Hernández, cuya colaboración ha sido inestimable, tenía oído que la finca era propiedad del Registrador de la propiedad Don Santiago Muñiz que también era dueño del edificio que alberga hoy en esta localidad el Centro Cultural, y antes albergue del Registro de la Propiedad de Colmenar, enfrente de la citada iglesia, que fue quien se la vendió a Don José Francisco Marivella “de los Cornelios” en la década de los treinta del Siglo XX.
Prosiguiendo en la investigación ahora sabemos que quien fundó la Vega de la Moraleja fue Don Santiago Muñiz López, natural de Madrid, nacido en 1850, durante la Década Moderada, bajo el reinado de Isabel II, que había sido bautizado en la parroquia de San Luis y que casó con Doña Luisa Oneca bautizada en la parroquia de San Martín, también de la capital. Que el padre, el Excmo. Sr. Don José Muñiz había sido Presidente de la Sala Tercera de la Audiencia de Madrid, nacido en Zamora en la localidad de Fuente de Rapel, casado con una dama de noble casa, la Excmª. Srª. Doña Agustina López Zaldibar. Vivieron en la finca de la Vega de la Moraleja con sus tres hijos: Agustina, Joaquín y Luis. Don Santiago Muñíz López fue el que decidió construir esta capilla, adosada a otras edificaciones que debió levantar en las mismas fechas y que corresponden a las caballerizas, a las bodegas y a su lugar de residencia, una casa señorial construida en tres plantas con materiales y maderas nobles, formando un conjunto que en aquel último tercio del Siglo XIX, rodeada por plantaciones de viñedos que debió de constituir un hito en estos contornos. De sus caballerizas aún se pueden observar los pesebres de las caballerías y una bodega con enormes tinajas de las que tuve la ocasión de ver algunas casi completas, hoy totalmente destruidas y de cuya construcción fue autor el constructor de tinajas “Estecha”. En este lugar falleció, a la edad de setenta y dos años, siendo enterrado en el cementerio de Colmenar Viejo en tres de febrero de 1922.
De sus hijos posemos los siguientes datos: Don Luis Muñíz y Oneca fue Notario de Valladolid por 1957, año en que fue nombrado Archivero General de Protocolo del Distrito Notarial de esta ciudad, según Orden de 21 de noviembre de 1957 BOE. Núm. 30. Pág. 7148.
Por su expediente universitario, entresacado del Archivo Histórico Nacional (sig: UNIVERSIDADES 6700, Exp.19), de Don Joaquín Muñiz y Oneca se sabe que después de obtener el Bachiller en junio de 1896, en el Instituto de Cardenal Cisneros de Madrid se matriculo en la Facultad de Derecho para luego pasar a la de Filosofía y Letras, obteniendo el grado de Licenciado el 1 de mayo de 1901 cuando tenía 21 años. Había nacido en Colmenar Viejo, aunque vivía en estas fechas en la calle Claudio Coello nº 24. 4º principal de la capital. Por lo tanto su año de nacimiento era el de 1880. He aquí la recreación de su firma:
La hija se llamaba Agustina, igual que la abuela, Muñiz y Oneca, pintó un cuadro de la Virgen de los Remedios, a la cual es posible que estuviese dedicada la capilla, dicho cuadro se conserva hoy en el baptisterio de la basílica de Colmenar Viejo

Al menos estos dos últimos fueron bautizados en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, cuya pila bautismal data de tiempos de los Reyes Católicos.
Respecto a la genealogía de este apellido, se tiene noticia que en 1024 Don Alfonso Díaz era conde en la Corte del rey Don Fernando y que su hijo Don Alfonso Muñíz, casado con Doña Aldonza, era propietario de extensas heredades en el valle del río Cea. El hijo de este Martín Alfonso fue conde en la corte de Alfonso VI
Los Muñiz, según el Nobiliario Español de Julio Atienza, son de origen asturiano. Probaron su nobleza en las Ordenes de Santiago (1539 y 1757) y Carlos III (1788) y numerosas veces en la Real Chancillería de Valladolid, así como en la Real Audiencia de Oviedo. Don Alonso Muñiz Caso y Osorio fue creado marqués de Camino de Villar en 28 de a de 1750. Sus armas: los del Concejo de Carreño traen en campo de plata, un águila imperial y exployada de sable; bordura de sinople con ocho aspas de oro.
Las del Concejo de Allande traen: un castillo acompañado de un tejo en el flanco diestro, una flor de lis en el siniestro y una estrella encima; delante del castillo un caballero jinete hincando la lanza en la boca de un oso que está asido por dos lebreles; detrás algunos monteros y una caldera a un lado ignorándose los esmaltes.
El emperador Don Carlos I concedió por privilegio dado en 8 de diciembre de 1535 el siguiente escudo cortado: 1º en campo de azur, una estrella de oro; medio partido de lo mismo con otra estrella de oro y 2º en campo de sinople, una torre en plata. Bordura de gules con ocho flores de lis de oro.El título de Conde de Villapadierna se concedió en 1878 a Don Felipe Padierna de Villapadierna y Muñiz. Caballero de Santiago, de esta familia que ocupó esta finca que con el tiempo iba a formar parte del nuevo Municipio de Tres Cantos, tío de Don Santiago Muñiz, y padrino de su hija Agustina.
Don León Padierna de Villapadierna y Muñíz, hijo de Don Felipe, fue senador por y diputado por Zamora en 1886 y 1893.
El Conde de Villapadierna debió visitar con frecuencia la finca de su pariente de la Vega de la Moraleja, aficionado como era a los caballos y donde disfrutó con el resto de la familia, probando los buenos caldos que se extraían de sus bodegas y recorriendo placenteros paseos por las tierras tricantinas, sobre lomos de nobles cabalgaduras que ocupaban los establos de sus caballerizas e igualmente irían a depositar sus oraciones en la ermita que a la postre sería testigo del fallecimiento de quien la edificó: Don Santiago.
DE LA FAMILIA MUÑÍZ QUE LLEGÓ A TRES CANTOS.
Después de requeridos de los archivos considerados, se ha conseguido parte de la documentación de los Muñiz llegados a tierras de lo que sería el Municipio de Tres Cantos procedentes de la comarca del Cea y donde dejaron su impronta en uno de los monumentos que se erigen en nuestra ciudad: los restos de la ermita de la finca de la Vega del Registrador que sus ascendientes levantaron en la ribera del arroyo del Bodonal.
Don José Muñíz estudió en el seminario Conciliar de San Mateo de la Villa de Valderas. Cursó en él estudios de Lógica. Ontología y Matemáticas, Física General y particular, “asistiendo a dos lecciones diarias, y a los respectivos ejercicios académicos, leyendo, arguyendo, y defendiendo, componiendo, ó disertando con puntualidad, aplicación, y aprovechamiento en la forma prevenida por los Estatutos de este Seminario, y novísimas Reales órdenes” “habiendo sido examinado, y aprobado de Latinidad, admitido, y matriculado en debido tiempo y forma, para oír facultad en este Colegio, ha ganado desde S. Lucas del año pasado de mil ochocientos treinta y tres hasta San Juan de Junio de mil ochocientos treinta y cinco Curso completo”.

Así lo hace constar Don Gerónimo Fernández Sarabia Presbítero, Rector del dicho Seminario, a la hora de emitir certificación para que se le convalidaran estas materias en la Universidad de Valladolid, a la que se incorporó por Real Privilegio, dependiente de la Real Universidad de Salamanca.
Don José Muñiz Alaix llegó a Madrid procedente de la villa de Fuentes de Ropel, donde nació. Según consta en el “ Indicador de Madrid donde figuran todos sus habitantes” para el año 1858, obra escrita por D. Fernando Domingo, vivió en la calle de Farmacia nº 6 y también en la calle Lobo nº 23, hoy Echegaray, que fue una de las calles que primero se iluminaron con gas en Madrid, los años en que ejerció como abogado en el Juzgado de Primera Instancia y fue Promotor Fiscal. Veremos que residió en otros domicilios de la capital.
Llegaría a ser Presidente de la Sala Tercera de la Audiencia de la capital del Estado, casando con la Excmª. Srª. Doña Agustina López Zaldivar, que fue bautizada en 12 de abril de 1824 en la parroquia de San Martín de Madrid (63 Bautizos. Folio 186 v.), hija legítima de Don Juan Antonio López natural de Santurce (Vizcaya) y de Doña Venancia Gabriela Zaldivar (conocida como Valentina), de Vitoria (Álava). Fueron sus abuelos paternos: Don Pedro de Bilbao y Doña María Antonia de Dulon y Arrivaga de Villa de Portugalete (Vizcaya). Abuelos maternos Don Joaquín (Vitoria) y Doña Concepción de Larrea, natural de Belunza (Álava). Nació en la calle de Panaderos de Madrid. El matrimonio tuvo al menos dos hijos: Santiago y Carmen.

El expediente personal del Magistrado Don José Muñiz Alaix se encuentra en le Archivo Histórico Nacional (ES. 28079 AHN/1.2.2.1.69 FC - Mº JUSTICIA – MAG - JUECES,4571, Exp.4899), de cuyo estudio podemos seguir cronológicamente su carrera como magistrado hasta su jubilación. Nació el 26 de Diciembre de 1819 en Fuentes de Ropel. Estudio la carrera de derecho en la Universidad de Salamanca, provincia donde tenía la familia bienes, obteniendo el Título el 23 de Diciembre de 1842. Lo encontramos en Madrid en la Guía de Forasteros en 1850. En 25 de septiembre de 1847 contrajo matrimonio con Doña Agustina López Zaldivar en la parroquia de San Luis de Madrid, cuando a la sazón ejercía como Promotor Fiscal en la Audiencia de Benavente.Este año su padre, Vicente Muñíz nacido en Salamanca, se encontraba gravemente enfermo, como consecuencia tuvo que pedir licencia para cuidar de él en Fuente de Ropel; al poco fallecería dejando otros nueve hijos.
En 1852 moriría un hijo de Don José Muñíz en Fuentes de Ropel, hermano de Don Santiago y de Carmen. Por este expediente se sabe que vivió en la calle de San Miguel nº 27, 2º izq. En 1870 y en la de Serrano nº 54 principal en 1875.
En 1843 por acuerdo de la Junta de Gobierno de la villa de Valderas (León) fue nombrado Promotor Fiscal del Juzgado que se creó en la misma villa a consecuencia del Pronunciamiento Nacional ocurrido en 1843 como cabeza de partido que lo era de 19 pueblos y tomando posesión el 22 de julio de 1843, aunque tan solo estuvo hasta septiembre de 1843.
En Durango en 1847. En Benavente en 1848. Ese mismo año lo fue de Segovia. Estuvo ejerciendo como Juez en Valencia en 1865. En Oviedo en 1867, donde ascendió a Presidente de la sala de esta capital asturiana. El 13 de enero de 1848 obtuvo el nombramiento de Secretario honorario de S.M. Estuvo adscrito al Ilustre Colegio de Madrid trece años, desde 1845 como abogado de pobres. En la Guía de Forasteros de 1850 aparece como Promotor Fiscal del Distrito de Embajadores y en 1852 era Promotor fiscal del distrito de Maravillas. En 1864 era Juez del Distrito del Hospicio de Madrid, antes lo había sido del distrito de Barquillo. En 1968 fue declarado cesante en la Audiencia de Granada. Estaba incluido en el escalafón publicado en la Gaceta de 12 de noviembre de 1871 en el número de Presidentes de Sala cesantes, calificado favorablemente para darle ingreso en la carrera por decreto de 18 de diciembre de 1871, es en 26 de agosto de 1873 nombrado Presidente de la Sala Cuarta de la misma Audiencia.
No gozaba de buena salud, desde la muerte de su hijo en Fuentes de Ropel, fue a más la enfermedad que padecía, Hemoptisis ya en 1850, en 1859 sufrió un infarto de hígado y sus dolencias le acompañarían hasta su fallecimiento. Era frecuente sus visitas y las licencias que pedía para restablecer su salud en los baños, sobre todo en los meses de verano: Panticosa, Cestona, Ledesma eran sus preferencias, donde la temperatura era más benigna.
En 1883 se hallaba viviendo en Madrid en la calle Claudio Coello nº15, cuando los médicos certificaron la incompatibilidad de mover los dedos de la mano derecha, que se refleja en las firmas con trazo tembloroso de sus últimas instancias, año en que el rey Alfonso le firmó en Palacio su jubilación con los honores de Presidente de Sala del Tribunal Supremo en 8 de octubre. Falleció el 25 de agosto de 1884.
De una de las hermanas de Don José tenemos noticia puesto que en el Archivo de Protocolos de Madrid, en el Tomo 37027. Folio 167, se encuentra el amplio y detallado testamento de Doña Petra Muñiz y Alaiz casada con el Excmo. Sr Conde de Villapadierna, Don Felipe Padierna, natural de Salamanca, de cuyo matrimonio fueron fruto: Dª Marcela, Dª Obdulia, Dª Juana y D. León. Falleció esta mujer en Madrid, era hija de Manuela Alaiz de Castro Gonzalo y ambas naturales de astro Gonzalo provincia de Zamora, en 23 de febrero de 1891, a los 81 años de edad, ya viuda de su esposo; vivía a la sazón en la calle Claudio Coello nº 22 y fue enterrada en la Sacramental de San Justo y Pastor (patio de San Millán y Ánima) en el nicho 1403.
ANTECEDENTES GENEALOGICOS DEL APELLIDO MUÑÍZ.
De los de este apellido Muñiz que proceden de las Asturias, los encontramos en el capitulo 13, al folio 124, y epígrafe: Muñiz, apellido, su origen y ascendencia y Maestres de la Ordenes Militares de esta familia y que se encuentra en el Tomo IV de la obra cuyo autor, Don Joseph Manuel Trelles Villademoros publicó en 1760, bajo el título “Asturias Ilustrada. Primitivo origen de la Nobleza de España, compuesta de ocho tomos y que se encuentra en: Sig.- CSIC RES O7671.

“Nobleza D. Gonzalo Muñíz descendiente de el tronco Real de los reyes de Asturias, casó con Munia Domna, a quien hacen hija de el Rey Don Bermudo II, y de los dos fue hijo Don Moniño Viegas, llamado el Gafco, por haver eftado en Gafcuña: este casó con Doña Valido Trocofendes, hija de Don Trocofendo Guedas y los dos tuvieron a Don Egas Muñiz el Viejo, cuya muger fue Doña Tuda Herminguez; los padres de efta señora fueron Don Hermigio Alboazar, y Doña Dordia Offorez, y Don Hermigio fue hijo de el infante Don Alboazar Ramirez, y de fu muger Doña Elena Godinez, que tuvo por padre a Don Godiño de las Asturias; y de el Infante Don Alboazar lo fue el Rey Don Ramiro II; de Don Egas Muñiz, y Doña Toda Herminguez fue hijo Don Hermigio Viegas, el qual fue el padre de Don Moniño Herminguez, quien, cafando con Doña Miñana, Ayo y mayordomo de el Rey Don Alonso Herminguez de Postugal, de los mas celebrados Heroes de fu figlo, y a quien el Conde Don Pedro llama el Honrado y bienaventurado Cavallero.
Caso Don Egas Muñiz de primero matrimonio con Doña Mayor Paez de Silva, hija de Don Pelayo Gutierrez de Silva, Adelantado de Portugal, y de fu muger Doña Sancha Anez de Montor; y de segundo matrimonio caso con Doña Therefa Alonfo de Afturias, hijo de el Conde Don Alonfo de Afturias, nieta de Don Bermudo Ordoñez y viznieta de los Infantes Don Ordoño, y Doña Fronilda Pelaez.
De dos tan ilustres matrimonios tuvo Don Egas Muñiz diferentes hijos, descendiendo de ellos los Coellos de Portugal, y otros ilustres familias de aquel Reyno, y en Castilla los Condes de Luque, y otros muchos, haviendofe pafado a vivir a efte Reyno por los motivos que exprefan las Historias . Entre los demas ascendientes de Don Egas, Nuño Fernandez que caso con Doña Elvira Tafur; y estos dos fueron los padres de el maestre de Santiago Don Pedro Muñiz, y de eftos mifmof defcendio Doña Eufrafia Muñiz, señora de la casa de Olloniego en Afturias, la que cafo con Suero de Nava.
El Maestre Don Pedro fue cafado con Doña Maria de Figueroa, y de los dos defcendieron los de apellido de Muñiz Godoy, y los de Aguayo, señores de Villaverde, y los de Galapagares, y otro mucha nobleza, que tienen comun origen en los de los señores de la cafa de Olloniego.
El Maestre vigefimo de la misma Religion y que fucedio a Don Juan Offorez por los años de 1306, reynando Don Fernando IV, fue Don Diego Muñiz; efte fue de la mifma Cafa, y Familia, que fu anteceffor Don Pedro Muñiz por la linea materna, y por la paterna defendia de la familia de Guzman.
El Maestre Trigefimo de la mifma Religion de Santiago fue Don Fernando Offorez, el cual afimifmo de la familia, que su antefefor Don Juan Offorez.
El Maestre Trigefiniprimero de la orden de Santiago fue Don Pedro Muñiz de Godoy cuyo linage y afcendencia fue la mifma, que la de los anteceffores los Maestreas Don Pedro y Don Diego Muñiz. Efte ultimo vivia por los años de 1384 y alcanzo los reyes Don Enrique II y Don Juan Primero con quien se hallo en Afturias el año de 1383 y asistió a la concordia entre el Rey, y el Conde de Gijón Don Alonso y hay de efte Maestre otras muchas memorias.
De la Religión y Caballeria de Calatrava fue el quarto maestre Don Nuño Perez de Quiñones, llamado de Aviles por haver vivido en aquella villa de Asturias; efte exiftia por los años de 1189 y fue Alferez Mayor de El emperador Don Alonso el VII.
El Maestre vigefimo primero de efta Religion fue Don Pedro Muñiz de Godoy, el que defpues fue Maestre de la religión de Santiago y el trigefimo segundo de ellos.”
LAS ARMAS DE LOS MUÑÍZ.
Son varios los escudos de armas que podemos encontrar en la estirpe Muñiz y que corresponden a otros tantos linajes.
De la obra: “Heráldica Asturiana” de Ciriaco Miguel Vigil. Oviedo 1892, que se encuentra en el CSIC. Sig.- 112570, extraemos:
Según relaciona Tirso de Aviles, los Muñiz de Carreño llevan “ Escudo de plata y un águila imperial esployada de sable; la orla de sinople cargada de siete aspas de San Andrés, de oro”.
Los de San Martín de Valledor, “pintan un castillo acompañado de un tejo en el flanco diestro, una flor de lis en el siniestro, y encima una estrella; delante del castillo un caballero ginete hincando la lanza en la boca de un oso que esta asido por dos lebreles; detrás algunos Monteros, y una Caldera a un lado (Armas que también traen los de Valledor de Allande).
El Emperador Carlos I concedió a D. Francisco Muñiz, conquistador de Indias, por privilegio otorgado el 8 de Diciembre de 1.535 las siguientes Armas: Cortado, 1º de azur, una estrella de oro; medio partido de los mismo, otra estrella de oro; y 2º de sinople, una torre de plata. Bordura de gules con ocho flores de lis de oro."
FIN
MIS ESTUDIOS MADRILEÑOS

Madrid. Algunos Molinos harineros en la ribera del Manzanares.

Asturquin
Mi inquietud hacia todo aquello que conformara nuestro devenir histórico, leyendo antiguos documentos dieron mis ojos con algunas notas relativas a algún molino que se había levantado años ha, en la ribera del Manzanares y así fue como quise saber más de los avatares harineros. Recabando información sobre ello me dirigí al Archivo de Simancas, al Archivo Histórico, sección Nobleza de Toledo y al Archivo del Palacio Real, encontrando las citas relativas que ahora muestro en mi trabajo.
En los años finales del Siglo XV existían en Madrid, dos casas del peso de la harina, llamadas también alhóndigas llamadas así de tiempo de los musulmanes. Una de ellas estaba situada en la plazuela de San Salvador y otra en la antigua plaza del Arrabal, la que es hoy plaza Mayor, donde se levantó la casa de la panadería.
Los molineros del Manzanares debieron tener una relación muy fluida con los responsables de estos establecimientos, bien para trasladar a sus molinos el trigo que contenían en los pósitos o bien a la hora de la pesada del la harina, después de haber sido transformado en harina por sus muelas. Su camino habitual era el llamado de Los Harineros, que los madrileños usaban para entrar y salir de Madrid a través de la puerta de San Joaquin. (Algunos autores dicen que se llamaba de los areneros. Hay en ello ciertas posibilidades a juzgar por los comentarios que el ingeniero D. Carlos Fernández Casado hace respecto a los arenales de San Isidro y las construcciones de la villa),o tal vez llamaron de las dos formas en distintas épocas. Documentado está, en el plano de Texeira, el llamado Camino del molino quemado. Algunos de estos molinos que hoy identificamos a través de documentos, nos transportan a otros tiempos del antiguo Madrid y sus avatares.

Molino de Migas calientes
De él tenemos referencia múltiples, vayamos a las que nos ha dejado Pérez Galdos en sus citas. Situado en el Soto del mismo nombre, lugar de cita verbenera para los madrileños que por el camino del Pardo, se desplazaban para disfrutar de las romerías que se celebraban en sus prados, en el Siglo XVII, en honor a San Antonio. “el día de la merienda de Migas calientes”.
Los madrileños iban a”coger la verbena a los sotos de Migas calientes y del Corregidor”(Semanario Pintoresco Español. Nº 25, 20 Junio 1851). “En sus alrededores el lúpulo se “criaba espontáneamente, aunque en corta cantidad, en las cercanías del canal del Manzanares y soto de Migas calientes”
“El pueblo de la villa tenía para su solaz la Pradera del Corregidor con sus célebres verbenas,las alamedas y los bosques del Manzanares, la fuente de la Teja, y los sotos de Luzón y de Migas calientes.” (Ilustración Española y Americana. Siglo XX. Nº18. 15 de mayo de 1876)
Además este soto de Migas calientes fue el lugar elegido por el rey Fernando VI para establecer el Jardín Botánico, inaugurándose en 1757 y allí estuvo hasta 1781 en que se trasladó a la huerta del Prado Viejo, que hoy conocemos, por orden de Carlos III, y cuyo se traslado llevó a cabo bajo la dirección del médico de cámara Mucio Zona. (Dos noticias históricas del inmortal botánico y sacerdote hispano-valentino D. Antonio Jose Cavanilles por D.Antonio Cavanilles y Centi y Mariano La Gasca.)
El Camino del Pardo que se trazó desde tiempos inmemoriales, con el fin de trasladarse al cazadero real desde la Corte de Madrid, se hizo a lo largo de la margen izquierda del río Manzanares, y no debieron transitar muy bien los monarcas por él, sobre todo en invierno, ya que “el camino ofrecía una superficie tortuosa y desigual” desde siempre.
No puedo dejar pasar la anécdota protagonizada por Carlos II, en uno de uno de sus traslados por el camino del Pardo puesto que gracias a ella y como consecuencia del grabado de la época que se realizó, se nos ofrece en él una panorámica de aquel Madrid y no nos cuesta mucho imaginar como estarían aquellos parajes, a juzgar por el estado con que se nos representa la tierra que hollaban. Era el día 23 de Enero de 1685, cuando Carlos II

“mandó poner su carroza; poco rato después salió por el portillo de san Bernardino, acompañado de la guardia chamberga que custodiaba su persona, bajando hacia el camino del Pardo, que estaba lleno de gentes de todas clases, y de caballos, coches y literas. Aún no se había formado en aquel sitio la calzada que actualmente existe una superficie tortuosa y desigual, y en aquel momento, por algunas partes intransitable, a consecuencia de las lluvias[..] cuando en un punto se paró viendo a un sacerdote de San Marcos le preguntó [..] el sacerdote le respondió: vengo a llevar el vitalicio a un guarda u hortelano del soto de Migas calientes..”

Carlos II le invitó a subir a su coche y le cedió su asiento, llevándole hasta el lecho del enfermo. (Semanario Pintoreco Español. Encuentro de Carlos II con el Viático. Año VII. Tomo nº 26 de 26 de Junio de 1842)

Entre el camino real del Pardo y los propietarios de los molinos del Manzanares no había buenas relaciones. Como es sabido, lo mismo que sus aguas eran aprovechas en el término de Colmenar Viejo para establecer batanes y molinos, también en las inmediaciones de Madrid, se construyeron estos artefactos. Tal eran los molinos de Migas Calientes o el de María Aldínez. El primero, mas antiguo, es posible que fuese construido en el Siglo XIV, En la Fundación de Mayorazgo otorgado por Rodrigo de Coalla y Dª Isabel de Quintanilla su mujer a favor de su hijo Gonzalo Hernandez de Coalla, firmado en Valladolid a 9 de Marzo de 1523, reza:

“ y de las quatrocientas fanegas de harina que tenemos de Renta en el molino de Migas calientes situao en el Rio de Guadarrama en el termino e jurisdicción de Madrid con el soto e, con todas las cassas anejas e, pertenecientes al dicho molino y soto,. (Seccion Nobleza A.H.N., Fernandez Nuñez. C. 728.D-10)

El de María Aldinez fue construido, al menos su presa a mediados del Siglo XV; así se desprende de las siguientes citas correspondientes a una ejecutora del Licenciado Rodrigo de Coalla, del Consejo, dueño del primero, contra Juan de Castilla, vecino de Madrid y Alvaro de Avendaño, dueños éstos del de María Aldinez, sobre las consecuencias de unas obras que se habían realizado en él.

“reconocimiento de la presa del molino de Maria Aldinez hecha de acuerdo de los dueños. Fecho a 23 de agosto de 1462”
“venta de media rueda en el Molino de Migas calientes hecha por Pero García Alfons Alvarez de Toledo Contador mayor del Rey y Principe por 30.000 mrs de la moneda actual que dos blancas viejas o tres nuevas hacian uno. Otorga en Madrid a 21 de Agosto de 1447.”
“venta de una muela de dicho molino otorgada por el caballero a los clérigos de Madrid al subsodicho Alvarez de Toledo por precio de 1500 mrs de juro. Otorgada en Madrid a 12 de Abril de 1434.”
“se ha noticia de un molino que dize de Migas calientes que es del rio de Guadarrma, cerca de la Villa de Madrid que es del dicho licenciado Qualla [..] el molino de Maria Aldinez que es del dicho don Juan de Avendaño de Medano..”
“el dicho molino de migas calientes es mas antiguo y esta mas alto que el dicho molino de Maria Aldinez y se aprovecha del dicho molino de migas calientes del agua..”
“el molino de Migas calientes era mas antiguo que el de Maria Aldinez que antiguamente fue de Diego Gonzalez, Rexidor de la Villa de Madrid y de Diego Alfonso hijo de Juan Alfonso [..] y el dicho molino de migas calientes fue de Pero Nuñez de Toledo y de Rodrigo de Oviedo.”
(A.G. Simancas. Consejo Real de Castilla. Sig. CRC 88.1)

Estaban situados ambos antes de llegar a la puente segoviana, sustituido por el puente de Segovia, del cual andaban muy orgullosos aquellos reyes por hacerse como se hizo.
Si bien es verdad que estos molinos daban pingües beneficios a sus propietarios, también es verdad que sus embalses provocaban continuas sorpresas invernales, al desbordarse sus aguas y provocar la inundación de aquel camino real, sobre todo el de Migas Calientes que sabemos estaba construido a principios del Siglo XVI y cuyo propietario, a la sazón, el Licenciado Rodrigo de Coalla que ya tuvo serios problemas judiciales en 1516, con los propietarios del de aguas abajo, Juan de Castilla, vecino de Madrid y Álvaro de Avendaño, debido a ciertas obras que habían realizado este último.
El Licenciado Rodrigo de Coalla, fundó un Mayorazgo a favor de su hijo Gonzalo Hernando de Coalla, incluyendo en el mismo el molino de Migas Calientes. Sea como fuera el molino estaba en poder de Don Pedro Ocón en febrero de 1621 y al adquirir esta propiedad también debió de adquirir los problemas que resultaban de la construcción del embalse, cosa que no estaba dispuesto a consentir el monarca Felipe III, pues estaba ya cansado de ver los perjuicios que resultaban de la salida de madre del río, los rebalses de sus aguas perjudicaban al puente de Segovia, pues las consecuencias eran que “la puente tuviera muertos cuatro sillares de ella y cada día sería este daño mayor” La solución a juicio real era que el daño se repararía con la demolición de los dos molinos que a uno y otro lado del puente de Segovia, al mismo tiempo que se acababa con los problemas del camino del Pardo y podría transitar por él con las comodidades requeridas, en cualquier época del año.

“S.M. Á sido servido de mandarme remitir un memorial de Diego Ortiz de Santa maría en que refiere que al tiempo que V. Md. Acostumbra ir al Pardo respecto de los malos caminos suele haver algun riesgo por los nuebos pantanos y que esto resulta de la mala vezindad del Molino de migas calientes que es de don Pedro Ocon i porque con derribarlo y bajar la pressa quedaría reparado este daño que no se á podido conseguir aunque la villa le adreza cada año advierte por necessario el acudir al remedio para la seguridad de lo que representa..
Esta causa tiene dos partes i si bien en ambas es comprhendido lo que refiere V.S. Ortiz de santa maría i por qual quiera de los medios que io propongo en ella se consigue el remedio. La representare aquí para que en todo mande V.M. Lo que mas fuere servido.
El daño del camino del Pardo es assi que resulta de la mala vezindad del Molino de D. Pedro Ocon i de la que hazen este molino i los que estan por la parte de abajo as la puente segoviana de manera que con ser esta puente de las mejores cossas que tiene este lugar con la rebalsa que caussan las presas destos molinos estando el rio fuera de su Madre se en averia la puente de manera que oi estan cuviertos quatro sillares della i cada dia sera este daño maior el qual se reparara quitando este molino i el demas abajo de la puente i cebando el rio por su madre donde tiene maior caudal para llevarse el arena i unas barrancas ondas con que cessa el arenarse la puente, i siendo V Md. Servido de mandar que io trate dello con la Villa dando a entender que sera de su real servicio el acudir a esto podrias comenzar a hablar en la Materia para acudir al remedio de los daños del Camino del Pardo. Solo nos importa quitar el Molino de don Pedro Ocon i para esto se me ofrece que don Pedro tiene unas cassas a la puerta cerrada i por que se le haga [..] á dado intencion que servira a V. Md. Con este molino i un sotillo que tiene junto a el que mandando V.Md. Se trate de esto i teniendo efecto esta propisicion concertando cada cossa por lo que vale se podría quitar el molino para que el camino del pardo quedase qual conviene para poder passar por el V.Md. Con la comodidad que es just i el bosquecillo por añoso del eredamiento de las cassas del campo o del Monte del pardo para que se guardase con lo demas que en esta parte es de V. Md. En Madrid A 22 de febrero de 1621.” (A.G.P. Administraciones Patrimoniales. Reinado de Felipe III. Caja 9389. Exp. 7)

Otro documento insiste para que se comunique al Corregidor de Madrid estas mismas inquietudes reales y se insiste en la necesidad de derribar los dos molinos que se encuentran a un lado y a otro del puente de Segovia, por las consecuencias que tiene para el puente.

“En conformidad de lo que la junta encargó a V.S se a de servir V.S de decir al Corregidor de Madrid en nombre de S. Md., que haga que la villa señale personas que vean y hagan aderezar el camino del Pardo desde el Molino de Migas calientes hasta la puerta de la Condesa de Valencia para que S. Md. pueda pasar por el con seguridad y que atendiendo a que el invierno crece el rio mucho se haga este reparo de suerte que no sobrepuge entonces el rio al camino y poniendo en consideracion a la Villa la obligacion que tiene de tener aderzado este camino por ser Camino real y lo mucho que ha gastado en el reparo de el que algunos años a sido según se entiende de cerca de mil ducados se le ha de proponer como cosa corriente que para escusar el gasto ordinario que en esto haze que es tan considerable seria bien que comprase el Molino de migas calientes que es de Don Pedro Ocon que derrivandole y bajando la pressa se podria echar el Rio por su madre, conque quedaria remediado esto de una vez y que demas de esta conveniencia se seguiria otra de mucha consideracion comprando tambien el molino de mas abajo de la Puente Segoviana y derrivandole porque con esto yendo el rio por su madre donde tiene mayor rraudad para llevarse el arena remediaria el daño que recive la Puente que siendo la mejor fabrica que ay en Madrid por la revalsa que causan las presas de estos dos molinos y yr el Rio fuera de su madre se detiene el arena de modo que se la carga della estan cubiertos quatro sillares de la Puente y cada dia se aumentara el daño de modo que vendra a ser muy costoso el remedio.” (A.G.P. Administraciones Patrimoniales. Reinado de Felipe III. Caja 9389. Exp. 7)

Pero el Rey Felipe III, no pudo ver realizado este deseo, puesto que un mes más tarde de aquella fecha, el 31 de marzo, en la que expresaba sus opinión al respecto, moriría de unas fiebres. El molino terminó siendo destruido, pues consta este dato, en un documento sobre dos ejecutorias de la presa del molino.

“Sobre la presa deste Molino de Migas calientes siguio pleito este Monasterio (se refiere al Real Monasterio de San Gerónimo del Passo) por los años de 1645 en adelante contra Dª Clara de Ocon Viuda del secretario D. Antonio de Mendoza possedora que era del dicho Molino, el qual se derribo y se deshizo, y este pleito ceso y los instrumentos que se sacaron para penetrar en el pleito se cubrieron y llevaron al Archivo. Y por si este molino se volviera a levantar guárdese los autos de este pleito, por lo bien probado en él que tiene este Monasterio la altura que debe tomar el tal Molino para no perjudicar al nuestro Cassanueva
Al folio 157 de este legajo esta un traslado autorizado de la donación que hizo nuestro Fundador el Sr. D. Henrique quarto a este su Monasterio de la heredad de Cassanova con los molinos y Soto de Iñigo Millán y con las viñas, tierras, pastos, aguas corrientes, estantes y variantes...”
(ASUNTOS EXTERIORES Y COOPERACION INTERNACIONAL. AECI. Documentos sobre el Monasterio de los Gerónimos. Sig. ICI 3R-1854 R)
"La reina Juana confirma a los condes de Fuensalida la merced de 560 fanegas de trigo y cebada en las tercias de Madrid, que les había sido hecha por Enrique IV en compensación de la heredad de Casanueva, en término de Madrid, que les había tomado."
(Sección Nobleza. A.H.N. FRIAS. C.840, D-39)

El molino de Migas calientes fue una obra que causó problemas de manera continua a los diferentes dueños que lo poseyeron, derivados todos ellos el estar construido cerca del Camino Real del Pardo.
“En 16 de septiembre de 1637, el Ayuntamiento de Madrid vio un papel del Sr. Arzobispo de Granada, Presidente del Consejo de Castilla, al que acompañaba copia de una orden del Rey para que se aderezar el camino del Pardo, sin el peligro de que lo inundase el río, con términos de severidad y apremio, por haberse ordenado ya varias veces sin resultado satisfactorio.
El día 18, ante el Cabildo y testigos, “perecieron Alonso Carbonel, maestro mayor de las obras del Buen Retiro,y el licenciado (?) Jerónimo Fernández, alarifes de esta villa, y dijeron que de orden y con asistencia del señor D. Francisco de Sardeneta y Mendoza, caballero de la Orden de Santiago, regidor de esta villa, habían visto el camino del Pardo y el camino de Valladolid,arrimado a la Casa de campo,cuyos reparos se remataron y están a cargo de Marcos de Sabogal, y hallándose presentes los señores Marqués de Torres,mayordomo de S.M., y superintendente de sus reales obras, y D. Juan Remirez Fraile de Arellano, corregidor desta villa y Rodrigo Gutierrez, cochero mayor de S.M., en cuya compañía fueron a ver el estado de dichos caminos, y habiendo visto la traza y condiciones conque se remató la dicha obra y las obligaciones del dicho Marcos de Sabogal, y el estado que hoy tienen, hacen su declaración de lo que es necesario hacer en dichos caminos, en la manera siguiente: [..] y en lo tocante al dique del molino de Migas calientes, que asimismo corre por cuenta del dicho Marcos de Sabogal, la conservación por cuatro años; después de acabado no se nos dan papeles por donde poder justificar la obligación que tiene; sólo nos parece que toda la borda que tiene está seca por no haberla puesto en buen tiempo; la vuelva á poner [..] Es necesario derribar el vallado que hay en las tierras desde el Molino quemado, hasta la huerta que era del Marqués del valle, para que el agua corra y no se detenga...
Aquellas obras y otras que antes habían ejecutado,destrozando la arboleda del soto, y quitando el agua del caz del mismo, causaron grandes perjuicios al propietario D. Antonio Hurtado de Mendoza, que con este motivo, y en distintas ocasiones pidió indemnización, no conformándose con lo que el Ayuntamiento le ofrecía, aunque éste, desde 500 ducados fue subiendo hasta 800 el importe de la indemnización.
Todavía en 1645 duraba este negocio, y en Noviembre de este año, dicho propietario presentó una curiosa instancia de que he de copiar algunos párrafos [..] Don Antonio Hurtado de Mendoza,caballero y tesorero de la orden de Calatrava [..] Representa a V.S., se quitó la molienda a su molino de Migas calientes, para el aderezo del camino del Pardo, en cuyas obras despojó con tanto estrago Remes Dic el Soto, haciéndole otro muchos perjuicios y derribando para quitar el agua las presas,que en dos veces habrán costado más de 6000 reales, como de todo se hizo información, Y ansi mismo del grave daño que padecía el caz del molino y el bosque por la estructura del dique, haciendo en el Soto muchas quiebras y llevando con su corriente los árboles..[..] Y previene a V.S lo hiciera merecer en todo. Y previene a V.S., que este no es negocio de gracia, sino de justicia pura, pues, ¿Como puede ser materia graciosa que por orden de V.S para aseguralle a S.M., el camino del Pardo, á que está obligado, se le despoje a don Antonio de su hacienda y se le quite la que es ta considerable cuando aque sitio, sin costalle nada a V.S es la recreación universal desta Corte?.. [..] El asunto terminó (muerto D. Antonio de Mendoza, que falleció en Septiembre de 1644) por haber comprado el Rey en 1651 el soto y el molino, que en Agosto de 1662 regaló al Marqués de Heliche, hijo del privado D. Luis Méndez de Haro.
Todos aquellos sucesos que hoy nos parecen insignificantes y baladíes, debieron entonces apasionar los ánimos, no sólo por ser aquel sitio de recreación universal de la Corte, sino por tratarse de personas que, á su alta posición y á los títulos consignados en la instancia, reunía méritos especiales por su bondadoso trato, agradable carácter y felicísimo ingenio como poeta y autor cómico.”(La Ilustración Española y Americana. Nº XXXIX. 22 octubre de 1906)

Parece pues probable que el molino fuese derribado a partir de 1662, siendo dueño del mismo el Marqués de Heliche, durante el reinado de Felipe IV.

Molino Quemado o Molino de María Aldinez
“reconocimiento de la presa del molino de Maria Aldinez hecha de acuerdo de los dueños. Fecho a 23 de agosto de 1462”
“el molino de Maria Aldinez que es del dicho don Juan de Avendaño de Medano..”
“esta mas alto que el dicho molino de Maria Aldinez y se aprovecha del dicho molino de migas calientes del agua....”
“el molino de Migas calientes era mas antiguo que el de Maria Aldinez que antiguamente fue de Diego Gonzalez, Rexidor de la Villa de Madrid y de Diego Alfonso hijo de Juan Alfonso .”
(A.G.Simancas. Consejo Real de Castilla. Sig. CRC 88.1)

Es uno e los molinos de harina más antiguos de Madrid de los que se tiene noticia y también es uno de los pocos que aparece representado en un plan de la villa de Madrid. De hecho su nombre lo dice todo, Conocido por los madrileños que iban a él en busca de ranas de las que había en abundancia en sus presas. Instalado en una de las isletas que formaba el río Manzanares, era de fácil acceso. Sus presas y su localización viene determinada con el nº 140 en el plano publicado por Pedro Texeira, titulado: “Topographía de la villa de Madrid”, que Savery, Salomon (1594-1665), compuso en 1656 y que se encuentra el la sala Goya de la Biblioteca Nacional de Madrid. Sig: INVENT/23233. (imagen)
Lo cita “prolóngase la calle de la Princesa hasta el paseo de san Bernardino que llevaba el asilo de igual nombre, se convirtió en camino urbano la cuesta de harineros, a veces llamado de Areneros, cerrándose el barranco que venía desde el viejo molino quemado.” (Antono Velasco Zazo. Mirando al pasado. El barrio de Pozas. La Esfera Año VI. Nº 310. 6/12/1919.)
Cabe la posibilidad que la tierra donde ese encontraba el Molino quemado estuviera en propiedad muy avanzado el siglo XIX, de Dª Antonia Carrión y Daza, y D, Vicente Beltrán de Lis y Goroski, como se desprende del juicio que se siguió contra ellos entrar dentro de una partida que se sacaba en pública subasta por un juzgado de Madrid. “Otro en dicho sitio del Molino quemado, donde se halla el expresado molino, de caber ventidos fanegas, un celemín, tres cuartillos y seis estadales” (Diario Oficial de Avisos. Año XXXCVII. Jueves 4 Enero 1884. nº4)
Fue nombrado en 1582, con motivo de la primera travesía que realizó el ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli por el río Manzanares a bordo de una chalupa tripulada por cuatro remeros portugueses, cuando intentaba llegar con ella hasta el Pardo, pero que no pudo llegar más que hasta el Molino Quemado, donde estuvo esperando un día a ver como bajaba el Manzanares después d ella tormenta que había caído. Al hallarse el río en malas condiciones para la navegación, decidió regresar al puente de Segovia.

“Bien es verdad que no pasó de este sitio, pues según confiesa en una carta partió para el Pardo y Molino quemado, aguardó que parara una borrasca de mal tiempo un día y tentado de pasar adelante, halló el río tan derramado y menguado que hubo de volverse a la puente segoviana”
(LA VOZ. Año IX. Nº 2344. Madrid. 25 de Abril de 1928)

Durante las obras realizadas para el soterramiento de la M-30 se descubrieron restos de un molino, identificado como las del molino de Maria Aldinez y que se identifica también como el de Molino Quemado, situado en las inmediaciones de la ermita de San Antonio de la Florida.

Molino de Somontes.
Hay una referencia al mismo en un cédula por la que se establecen mojones, en tiempos de Felipe II, en el año 1572, señalando su ubicación:

”El primer mojon pone como se va de Madrid al Pardo por la parte del molino que dizen de Somontes junto a una Cruz Verde a donde se apartan los caminos enfrente de Vadillo por donde pasa el Rio para ir a Arabaca viniendo de la Cruz Real del Pardo y desde alli por el camino que va a Quesada arriva hasta el Camino que vaja de Peñarrubia y desde alli como van por el valle arriba de Quesada, hasta la Voca de Pesadilla y desde alli como van hasta el Carril del Goloso y desde allí a la Cabezada del Prado de Nabalasmuelas y desde allí camino derecho hasta el arroyo de Tejada que es le Charco de los Anadinos. Y desde allí tejada abajo por la mojonera Vieja yendo hacia el Rio grande junto a la hermita de Nuestra Srª del Torneo y pasando el Rio desde el atravesando por los mojones que alli estan hasta el Camino que llevan los leñadores la Vega abajo de Valdelatas ( oy se dice Valdetablas) y desde alli y desde alli por el camino que van puestos mojones hasta el arroyo de la Fuenseca adonde dejan el dicho camino y desde alli por los dichos mojones por medio de la vega de Valdelatas, hasta el paraje de la Voca de Valdeyamarza donde toman los otros mojones a tomar el otro camino, y van por el hasta el valle de Valdelaspeñas, y desde alli por el otro camino hasta el Valle de Vallelobrego y desde alli hasta la cerca del Valle de las Dos Hermanas y de alli dejando el otro camino van derecho al Vadillo de Arabaca y acaban en el Rio enfrente del primer mojon a donde comenzaron”.
(A.G.P. Administraciones Patrimoniales. Caja 9440. Exp.10)

Molinos de Iñigo Millán
En la heredad de Casanueva propia del Monasterio de S. Gerónimo del Passo.

“Y por si este molino se volviera a levantar guárdese los autos de este pleito, por lo bien probado en él que tiene este Monasterio la altura que debe tomar el tal Molino para no perjudicar al nuestro Cassanueva. [..] Al folio 157 de este legajo esta un traslado autorizado de la donación que hizo nuestro Fundador el Sr. D. Henrique quarto a este su Monasterio de la heredad de Cassanueva con los molinos y Soto de Iñigo Millán y con las viñas, tierras, pastos, aguas corrientes, estantes y variantes...”
(ASUNTOS EXTERIORES Y COOPERACION INTERNACIONAL. AECI. Documentos sobre el Monasterio de los Gerónimos. Sig. ICI 3R-1854 R)


Molino de la Arganzuela
Se encontraba situado en una isla que formada en el centro por la corriente del río Manzanares, y en el mismo lugar que hoy se encuentra el antiguo matadero de la Arganzuela. Era evidentemente el molino al otro lado del puente de Segovia. Un documento cita la conveniencia de su derribo, por los perjuicios que causaba su presa sobre el mimo. Los propietarios del mismo con el fin de embalsar las aguas para su presa habían cerrado algunos arcos del viejo puente de Toledo, aguas abajo del de Segovia, causando perjuicios al puente y al mismo río, por todo lo cual tuvo una serie de pleitos con el Concejo de la Villa.

“ ..comprase el Molino de migas calientes que es de Don Pedro Ocon que derrivandole y bajando la pressa se podria echar el Rio por su madre, conque quedaria remediado esto de una vez y que demas de esta conveniencia se seguiria otra de mucha consideracion comprando tambien el molino de mas abajo de la Puente Segoviana y derrivandole porque con esto yendo el rio por su madre donde tiene mayor rraudad para llevarse el arena remediaria el daño que recive la Puente que siendo la mejor fabrica que ay en Madrid por la revalsa que causan las presas de estos dos molinos y yr el Rio fuera de su madre se detiene el arena de modo que se la carga della estan cubiertos quatro sillares de la Puente y cada dia se aumentara el daño de modo que vendra a ser muy costoso el remedio.” (A.G.P. Administraciones Patrimoniales. Reinado de Felipe III. Caja 9389. Exp. 7)

Se está hablando del Molino de La Arganzuela pues eran muchos los problemas que estaba causando en el viejo puente de Toledo, aguas abajo que por estas fechas, alguno de sus arcos se habían sustituido por tableros de viga de madera convirtiéndose en un paso de río bastante precario, después de diferentes reformas que se hicieron, a causa de las avenidas que llegaron a mover algunos de sus pilares y derrumbado sus arcos.
Recientemente, con motivo del soterramiento de la M-30, se han descubierto en las cercanías del puente de Segovia unos restos arqueológicos. Se trata de una embocadura de aguas, un pilar con tajamar y el arranque de dos arcos de medio punto en la margen derecha del río Manzanares. Surge aquí la pregunta. ¿A que clase de construcción pertenecía? De entrada, a pesar de que la documentación sobre las obras hidráulicas de fechas tan antigua, es muy escasa, hay voces que se inclinan en el sentido de que son restos de la antigua puente segoviana, basándose, a decir del firmante del artículo del Diario El País, en “que el Patrimonio ha llegado a la conclusión que podría formar parte de una de las principales obras hidráulicas de la ciudad de Madrid”, matizando de las Heras que es “muy probable” que la construcción corresponda a la denominada “puente segoviana”, aunque expresa sus dudas al decir que de “esa época existe muy poca documentación”
“Siglo XV. Puente de Segovia El hallazgo de un pilar con tajamar y el arranque de dos arcos de medio punto de lo que fue el antiguo puente de Segovia o puente segoviana (a unos 95 metros al norte del actual) ha permitido estudiar esta construcción medieval anterior al actual puente de Segovia que fue la primera construcción hidráulica de la capital y de la que apenas hay documentación. "Se les cayó sucesivamente y hay indicios de diferentes reconstrucciones", explica uno de los arqueólogos” (Soledad Alcalde. Los primeros madrileños llegaron hace 500.000 años Los restos paleontológicos hallados en la M-30 adelantan 1.500 siglos los asentamientos humanos. El País. Madrid. 13/06/2006 )
Las primeras menciones que se refieren a la construcción de un puente de madera que cruzaba el Manzanares en estos lugares constan en dos cartas de Alfonso XI del año 1345 y 1346, cuando el Monarca autoriza al Concejo de Madrid a reunir abundantes fondos para obras en el puente de Segovia.
En el códice de Viena figura la puente segoviana con 13 arcos y en un segundo grabado lo plasmaron con nueve. Pues bien uno de los informes, sigue diciendo el autor de este artículo, el Patrimonio Nacional relaciona estos grabados con estos restos arqueológicos localizados.
Los tajamares, o fábricas a cal y canto en forma de cuña coloca en los pilares de los arcos, en la parte de la embocadura, es decir por donde entraba el agua al molino, dirigían la corriente. Un documento nos ilustra textualmente en estos detalles: En 1518 el concejo mantenía a censo el molino harinero en el Tajo, propiedad de la encomienda de Auñón. Durante descripción hecha de sus instalaciones a cargo de los visitadores se comenta que en la visita anterior, se mandó colocar tres tejamares en la entrada de las canales del molino, para repartir el agua que entraba, pero que el río se los había llevado en una crecida. Por tal motivo se reitera la conveniencia de como debían de rehacerlos
"e los començéis a fazer en esta primavera, porque aya lugar de frogar la cal antes que venga el ynvyerno, porque con las creçientes del agua se rroga toda la cal estando fresca, los quales hagáys hazer de piedras grandes e más altos que los que teníades fechos antes, pues ay aparejo junto al dicho molino de piedra cresçida, porque no las pueda brincar el agua por ençima, so pena del daño que dello se syguiere a los dichos molinos, e syerra..." Se verificó una instrucción de la visita previa en la cual se ordenaba que se levantase de cal y canto el edificio del molino por las esquinas hasta el tejado, a la parte de agua, especialmente sobre los tajamares. También se mandaba reparar el edificio del molino: "Otrosý, fallamos que avíades rreparado por dabaxo de la cámara donde se echa el pan de las maquilas vn pedaço de pared del dicho molino por partes de arriba en par de los tajamares, donde hezistes vn arco, e de la pared de partes de baxo otro tanto, en la qual no está fecho el arco como en la parte de arriba, e estar ansý en mucho peligro, lo qual hezistes para que pase el agua que va a la syerra; ay necesydad que se acaben de hazer los dichos arcos luego, perfetamente fechos, porque de la tendençia se podría rrecresçer peligro, e lo que tomastes de vna pared e la otra para que pasase el caz del agua de la dicha syerra, ay neçesiydad que aquello cubrrays de bóveda de cal y canto, ygual de los dichos arcos que se an de hazer, porque de otra manera el agua andaría por todo el molino, e faría mucho daño, e sobre la dicha bóueda a la parte de las rreuedas del molino a vn lado dél, crescáys e fagáys vna pared de cal y canto que llegue a la techumbre de la cámara. E que la pared questá adelante desta que se ha de hazer hazia las rruedas del molino, la derroquéys e fagáys allí la escalera para sobir a la dicha cámara, como a vosotros paresçiere que está mejor, y para entrar al establo del dicho molino avéys de fazer vna puerta y ésta no se puede buenamente fazer syn que se alçe la cámara que está sobre el dicho establo de necesydad, de manera que la pared toda se ha de fazer de cal y canto e alçar sobre ella la dicha cámara, e luego fazer la puerta por donde puedan entrar al establo, y todo ... lo haréys en un año..." (A.H.N., OO.MM., leg. 6108, nº 3, fol. 86 r-v.)
Se menciona el molino de la Arganzuela en la documentación existente en la Sección Nobleza del A:H:N., pero que no he podido estudiar al estar el documento en mal estado de conservación y pendiente de restauración.

Molino de La Aldehuela
Las referencias más antiguas se he encontrado datan de comienzos del siglo XVII, en un expediente relativo a Diego Ramirez de Haro, bajo el título: “Diligencias obradas en el año de 1610 ante el alcalde de la Corte Licenciado Silvas de Torres, a instancia de D. Luis Felipe de Guevaras como tutor de D. Diego Ramirez de Haro para que previo reconocimiento y tasación de peritos se le de licencia de hacer los reparos necesarios en el molino de La Aldehuela a la ribera del Manzanares propio de su menor.” (A.H.N. Sección Nobleza. Bornos C-471.D.3)
Hoy se pueden ver los restos de este molino que se encuentra, aguas arriba y a unos veinte kilómetros de Aranjuez.

Molino Caído de Moros.
En Manzanares El Real, donde según el Catastro del Marqués de la Ensenada había ocho molinos harineros.

Molino del Cura.
De el solamente quedan ruinas.

UNA REFLEXIÓN
Basándome en todo lo dicho, las citas anteriormente expuestas, en las que se habla de la existencia de molinos de harina a uno y otro lado de la puente segoviana con sus correspondientes presas, me inclino a pensar que parte de los restos encontrados pudieran muy bien pertenecer a a uno de estos molinos.
En un grabado publicado por el ingeniero Fernández Casado, con el título en francés: “la Ciudad de Madrid capital del reino de España”, podemos observar unas construcciones con apariencia de solidez que nos permite sospechar se tratase de uno de estos molinos del antiguo puente de 13 ojos, cuando aparentemente por el cauce del Manzanares, corría mucho más agua que la corriente que hoy conocemos y a juzgar por el tráfico de embarcaciones que se observan en el grabado.
El el plano publicado por Pedro Texeira, “Topographía de la villa de Madrid”, que Savery, Salomon (1594-1665), nos muestra la figura del puente “nuevo” es decir el de nueve ojos que se construyó a unos cuantos metros aguas abajo del anterior y sirviéndose de sus materiales según el ingeniero Fernández Casado. Con lo cual estando estos restos a unos 95 metros aproximadamente al norte, la hipótesis que expongo puede tener ciertos visos de credibilidad.
Las construcciones que en el grabado publicado por Texeira que se encuentran a un lado y a otro del puente, es decir del actual, evidentemente nada tienen que ver con las anteriormente descritas en la vieja puente segoviana.
El molino situado en las inmediaciones de la puente segoviana fue destruido durante el reinado de Felipe IV, pero su construcción puede que se remontara al siglo XIV.

Bibliografía
FERNANDEZ CASADO, Carlos. Madrid y el Manzanares, el Río, la ciudad y sus puentes. Revista de Obras públicas. Año CXXI. Enero 1974. Madrid.
COMUNIDAD DE MADRID. M-30. Un viaje al pasado. Museo de los Orígenes. Casa de san Isidro.Madrid. 2007.
DEL BARRIO, Javier, y otros. El Puente de Toledo. Revista de Obras Públicas. Junio de 1979. Madrid.
FIN